Mucha gente pretende sentirse segura en la vida y se limita por ello. Se limita porque no corre riesgos, y al no correrlos se cierra con llave la puerta de las oportunidades. Y son las oportunidades las que definitivamente le confieren sentido a la vida. La oportunidad de aprender, de crecer, de compartir, de disfrutar, de convivir, de viajar, de charlar, de meditar, de "trascender"... La vida es un auténtico "regalo" y podemos convertirla en un "milagro"; el milagro del amor, del reencuentro con alguien, de la renovación interior, de la curación física y del alma, el milagro de la conversión y de la realización, el de la transformación y la abundancia..., en definitiva, el milagro de la experiencia del sentido.
Lo que importa es el sentido, no la seguridad que, además, siempre será relativa ,pues la única certeza absoluta de nuestra vida es que algún día habremos de morir. Entonces ¿por qué tanta obsesión y apego con la seguridad? ¿Qué puedes mantener que no puedas perder por un robo, una enfermedad, un accidente, un descuido, una injusticia...la misma muerte? Precisamente no puedes perder lo que tiene sentido, lo que vale por sí mismo trascendiendo el tiempo y el espacio: la fe, la esperanza y el amor nadie te los puede quitar...ni dar. Son exclusivos de la disposición de tu corazón y de la firmeza de tu voluntad.
Quien busca la seguridad se estresa y angustia. Quien busca el sentido se inspira y libera. Uno vive a costa del sentimiento y el otro en función del "valor"; uno vive a merced del corazón y el otro bajo la guía de la consciencia; uno se encuentra amargado, el otro feliz...con ilusión, porque contempla lo que aún puede "ser", viviendo con gratitud y "ligero de equipaje".
1 comentario:
Cuanto me alegro de ver esta entrada en tu blog, no rendirse tambien es ejercitar la personalidad y libertad de cada uno, me alegro de verás de leerte, me quedo aqui con mis reflexiones un beso virgi
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