Mi vida está llena de estas pequeñas cosas...

Una puesta de sol, una incipiente flor, mis mascotas, y sobre todo la suerte de estar receptiva para disfrutar de todo.

jueves, 18 de marzo de 2010

Esta tarde estoy nostálgica y mientras escucho música de Norah Jones me transporto al pais de nunca jamás, a ese pais del que nunca debiéramos salir ni para comprar el pan.

La  nostalgia es uno de mis estados favoritos porque, lejos de entristecerme me recreo en bonitos recuerdos de mi vida ...en pequeños detalles, en olores sin descifrar y que me son tan familiares sin embargo.

Anoche estuve deleitandome con la entrevista en CNN de I. Gabilondo a un escritor muy admirado por mi, Eduardo Galeano y comentaba la siguiente anécdota "pregunté en Cadiz por una dirección y un señor me indico de la siguiente manera... vaya   Ud. por aquella  calle de su   izquierda y sígala".  Me pareció una sencilla genialidad aplicable a la vida.

Y ya que hablo de Galeano quiero traer a la memoria aquella preciosa y sencilla historia llamada "PÁJAROS EN LIBERTAD"

Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.

Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen a la entrada de la cárcel.

Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el dibujo pasa. Didaskó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas:

-¿Son naranjas? ¿Qué frutas son?

La niña lo hace callar:

-Ssshhhh.

Y en secreto le explica:

-Bobo. ¿No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.